Es un ganado pequeño. Tierno. Es un ganado al que yo le doy el sentido más cariñoso que puedo encontrar. El ganaílllo.
Son esas filas de párvulos cogidos al babi del que va delante y que llevan como zagales, como pastores, a un montón de jóvenes maestros. Porque los que están a punto de jubilarse no hacen estos menesteres. Esto se queda para lo jóvenes. Los que acaban de terminar su carrera y están estrenando vocación. Incluso para los que hacen prácticas
Siempre van dos de estos jóvenes maestros delante, dirigiendo la procesión. Cogiendo de la mano a ese o esa, que va el primero y que, por primera vez en su vida, se siente el más importante de todos los de la fila. Su primer momento de gloria. ¡Ahí es nada! De la mano de la señorita.
Siempre dos detrás. Cerrando filas. Y por el centro, si la cola es larga, dos o tres más, cuidando al tierno e irresponsable rebaño. Falta el perro guardián.
Los maestros que manejan estas tiernas manadas, llevan puestas las pilas de los días de comer bien. Los ves atentos. Pendientes de cada niño. Nerviosos .Con el nerviosismo que da la responsabilidad de manejar el cuidado de algo tan valioso como son los niños. Lo mejor de cada casa.
A veces van al cine. O a visitar un museo o los talleres de un periódico. A veces visitan a los bomberos. Que, lógicamente, es lo que más les gusta. Sobre todo si les dejan subir a un coche y tocar la campana.
Todas estas actividades culturales ellos las convierten en juegos. Porque los niños aprenden a vivir jugando.
Para mí, el ver estas filas, se convierte en un espectáculo emocionante. Me enternece de tal manera que, a veces, los ojos me dicen:"Aquí estoy yo"
Y es que los años te van dejando el corazón muy tierno. Ya no dominas los sentimientos. Los sentimientos te dominan a ti
.
Yo me paro siempre a verlos, hasta que acaba de pasar el último
.
Ayer, esto que tanto me gusta ver, tuvo una variante. Estaban todos con sus cuadernos en la mano y sus lápices recién afilados
. Los llevaron a un supermercado
.
La actividad que tenían encomendada era: Delante de un puesto de pescado, escribir el nombre de lo que estaban viendo.
Ardua tarea. En sus dos vertientes. En conocer al pez y en escribir su nombre. La mayoría de los que allí estaban, sabían, solamente, " dibujar" su nombre”
Y ahí los tienes, mirando al pez sin conocerlo y la señorita acompañante diciéndole: "Mira, es una sardina" Y el cuaderno sin estrenar. Porque sardina es con "s" y esta letra no la han dado todavía.
Y ese pez que los mira con sus ojos redondos, enormes, sin brillo... Que no le digan al niño que tiene que comerse ese bicho tan feo
.
Porque no saben que su mamá lo hará bonito y apetitoso. Que le quitará todas las espinas y la raspa y se lo pondrá en un plato, de tal forma, que no le va a recordar lo que en estos momentos está viendo en el puesto.
Las actividades de los niños pequeños son siempre gratificantes. Cualquier cosa que se organice para ellos o con ellos, es siempre un éxito
Un niño puede olvidar su rol en una obra de teatro .Puede tropezar cuando baila. Ponerse a llorar en mitad de un escenario... Puede desentonar cantando y... todo esto y mucho más, es motivo de regocijo para nosotros los mayores.
¿Que por qué? Porque los niños sacan de nosotros toda la ternura que llevamos guardada en nuestro corazón. Que todos tenemos. Seguro. Pero que la vida, tan dura y complicada que llevamos los adultos, nos impide sacar
.
Que nadie piense en los autores de esa tropelías que vemos en televisión y que algunos hacen con los niños. Yo estoy hablando de personas
.
A veces pienso que son los niños los que nos permiten ser mejores personas. Ejercer de buena gente. Cuidar, alimentar, educar, proteger a esos que vienen detrás de nosotros... Los que cogerán el relevo y volverán a hacer lo mismo con sus hijos...Y que esta cadena permanente de cuidar a los que nos siguen, creo yo ,es lo que nos hace pertenecer a una humanidad que perdura.
.
¿Qué me pasó? Esta mañana me levanté con un ataque de tierna humanidad. Barata filosofía y pegajosería ñoña.
Igual es vírico .Espero que no sea crónico. ¡No, por Dios!
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1 comentario:
Hola Ysabel. LLego a visitarte a través del blog de Mía desde la lejana América del Sur. Para llegar a mi nido, si quieres, pincha en el gorrioncito que muestra Mía en sus enlaces.
Soy maestra de enseñanza primaria jubilada, con cierta actividad ahora, con muchachos del secundario que quieren que los ayude a estudiar.
Te escribo porque me resultó emocionante lo que escribiste. Me ví maestra joven, llena de nervios, mirando a los pequeños que esperaban, con ojos curiosos, las primeras palabras de su maestra. Y yo sin saber qué decir en aquella escuelita de campo...
Hoy los años pasaron, pero las emociones son las mismas. El "ganaíllo" siempre revuelve con ternura nuestras entrañas.
Un abrazo uruguayo.
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