SENILIDAD
Quizás habría que decir senectud, Pero a mí me da lo mismo. Igual no existe la palabra y solamente existe el adjetivo senil. Pero al escribirla ya la creamos. ¡Y no digamos nada si aparece impresa en mi recién estrenado blog, el cual hace tres meses ni sabía que existían tales blogs. Ya podemos, con toda tranquilidad, usar la palabreja " senilidad". Acabamos de crearla.
Y ahora habrá que darle contenido.
Estar "usando la senilidad" quiere decir muchas cosas. Muchísimas cosas.
Quiere decir, que no puedes salir corriendo cuando ves que el autobús se pone en marcha y no te espera.
Es cuando te das cuenta que, Telefónica, por el solo hecho de ahorrar papel, hizo la lista de usuarios, los que aparecen en el listín, con un tipo de letra la mitad de tamaño que en ediciones anteriores. Fastidiando.
Es cuando te enoja sobremanera la inmoralidad de los fabricantes de cosméticos, los cuales están haciendo cremas y potingues anti-arrugas y anti-celulitis y anti-todo que no sirven para nada. Que no tienen ni calidad ni eficacia.
Yo me acuerdo de esas cremas que había antes y que, con un precio, la décima parte de las de ahora, te dejaban la cara como el culito de un bebé.
Ahora mucho envase, mucha publicidad pero de nula eficacia. Lo digo por experiencia.
Todo ha ido perdiendo calidad. Todo lo hacen ahora confuso, barroco, complejo…
Los directores de cine ya no saben hacer cine claro, entendible, rotundo. Ese cine que, nada más empezar la película, ya sabías quien era el bueno y quien era el malo. Porque el malo tenía siempre mirada aviesa. Y, de nadie con mirada aviesa puedes esperar nada bueno.
Sabías de antemano que esa niña rica, era siempre cruel, orgullosa y despiadada. Los desprecios que sufría la otra, la que era pobre, te hacían sufrir, claro está, pero al final, siempre era la pobre la que se llevaba el gato al agua
.
Esto es sólo una manera de decir, porque en aquellas películas no había ni gatos ni agua. Se rodaba siempre en interiores. Gato al agua, en este caso, quiere decir que la pobre se casaba con el señorito, el cual siempre era, además de muy guapo, ingeniero de caminos.
Hoy no saben hacer cine. A veces sale primero la gente muy vieja y va y se muere y a continuación salen esas mismas personas cuando eran niños y vivía su madre. Y en la vida es siempre al revés. ¿O no es así?
En el teatro la gente era correctísima. El público y los actores. Los actores usaban expresiones correctas. Frases bien construidas, con su sujeto su verbo y su predicado. Ni un solo taco, Se llamaban de usted, aún a punto de casarse y había en la obra, exposición, trama y desenlace .O sea todo bien urdido.
En las comedias y sainetes, había una picardía que hacia sonreír al personal. A veces, se hacía alusión, veladísima alusión, a una prenda íntima de las señoras… Y eso daba mucha risa.
La moda, hoy en día, la están haciendo con muy poca tela. Verdad es que las telas son ahora muy caras. Pero no creo que lo hagan por eso. El enseñar los brazos y las piernas, algo de escote y el ombligo, ya está muy visto.
Últimamente se está exponiendo, a la vista del personal, la roncheta. Roncheta es lo que está por debajo de la cintura y por encima de donde se ponen el tanga.
A los seniles nos han prohibido enseñar la roncheta. No verás a ninguno con ese pantalón bajo de cintura. ¡Si quisiéramos enseñarla, tenemos para dar y vender roncheta!
Si eres “senilita” (usuario de la senilidad) verás que la manera de escribir novelas, también se hizo complicada… En fin, no voy a seguir enumerando todo esto que trae de cabeza a los usuarios de la senilidad.
Uno de los problemas mayores es que esto no es optativo. Te lo adjudican por ley y no puedes renunciar a este estado. Los gobernantes fijan la edad de los seniles y tú a callar. Chitico..
A veces, los gobernantes hacen concesiones y mejoras. En estos últimos días han alargado en dos años la media de la vida humana. A las mujeres ya nos dejan 83 años. Que es de agradecer, por supuesto. Como cuando nos suben la pensión de jubilados…Porque hay que tener en cuenta que estos dos años más, le cuesta al gobierno un montón de dinero.
¿Sabes cómo puedes enterarte de si el gobierno te ha metido en este club? Te lo ponen en el carné de identidad. Al lado de donde dice: “Fecha de nacimiento” Y ya, es cuestión de restar hasta el fin de siglo y sumarle los siete años que van del siglo XXI. Y te sale clavadito. Sin error.
Yo, temiéndome lo peor, por los signos que voy padeciendo, hice la resta y suma el otro día y me salió que estoy de pleno derecho en este club de seniltas.
¡Qué le vamos a hacer!
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3 comentarios:
Pues que quieres Ysabel, yo me apunto ahora mismo al entrar en ese club el poder tener tu magnífica lucidez.
Un beso
Eso mismo digo yo. A mi que me llamen como quieran o que me pongan la denominacion que quieran, lo único que me importa es llegar a esa edad con tu claridad mental y con esa mágnifica lucidez tuya. Ojalá y Dios me conceda ese deseo ya que no me ha dado otras cosas que le pedí hace ya muchos años.
Un fuerte abrazo
Nerim
Ay, Isabel. Que temazo has tocado. Pero, antes que nada quiero felicitarte pues has pegado unos avanzones en el manejo del blog que te han permitido llegar hasta mi casa. Bien, gurisa (en uruguayo eso quiere decir muchacha, chica, niña).
Un abrazo grande.
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