La venganza de los pollos

El tema no es de risa. Al revés. Es muy preocupante .La amenaza de que mute un virus, que todos sabemos que mutan cuando quieren, y que, de fastidiar a un pollo pase a llevarse por delante a una gran parte de nosotros los hombres...Y mujeres también, claro. La cosa es seria.
Según dicen los expertos, los que saben de estas cosas, no va a ser una epidemia, sino una pandemia. Ese prefijo, ese "pan" que parece que no tiene importancia, quiere decir, en este caso, que vamos a caer como moscas.
Figúrate la risa que me dará a mí cuando estoy metida de lleno en lo que hoy se llama "Población de alto riesgo",(Para entendernos los viejos y los niños. Y a mí de niña me quedan las fotos.)
Yo pienso que los pollos y las gallinas se hartaron del sometimiento al que están sometidos. (Esto no puede expresarse así porque es redundancia) Corrijo: Se hartaron del trato que les estamos dando. Encerrados en jaulas. Sin poder moverse.. Sin poder tumbarse un rato a descansar después de comer. Su siestecilla. Alimentados con una cosa inmunda llena de elementos nutricionales de procedencia desconocida y que igual no les gusta. No les está bueno. Sobre todo, privados de todos los derechos que tenemos que tener todas las criaturas de Dios.
Y algunas personas, comiendo pollo día sí día no, hablando de la dignidad de los animales. Este es el momento de entonar el mea culpa. Yo como pollo. Y tortillas francesas. Y hablo de pollos
Según se dice, el don más preciado es la libertad. ¡Pobres pollos y gallinas privados del más preciado don! Presos sin delito. Encerrados de por vida.
Así mal, mal, lo que se dice mal vivir, se llevan la palma estos y los peces de pecera.. También los canarios. Algunos periquitos. En menor escala los animales que se exhiben en los circos. Porque, a estos últimos, por lo menos se les aplaude y se les recompensa con un chuche al terminar su actuación.
Los más castigados por la crueldad de nosotros, los humanos, son estos pobres seres indefensos. Los pollos y las gallinas.
Porque ¿Veis los conejos? A estos se les encierra en jaulas donde algo se pueden mover Están acompañados de sus esposas o parejas de hecho y se les puede dar de comer diferentes alimentos a través de las mallas de sus jaulas.
A estos, casi nos vimos en la obligación de enjaularlos. Por decencia. Debido a su intensa actividad sexual necesitaban un poco de intimidad. El apareamiento y sus prolegómenos necesitan privacidad. Los conejos y las conejas tendrán su pudor. No van a estar expuestos a la mira de todo el mundo como si fuesen concursantes del programa Gran Hermano
Pero ¡Ay las gallinas! ¡Ay de los pollos!. Les engañamos hasta en su función más digna .En el poner sus huevos .En el parir un posible nuevo ser. Sin un reloj a la vista, con la luz siempre encendida para que se desorienten y no sepan si es un nuevo día y tienen que volver a poner su huevo...Comer y engordar...Sin parar.
¿Y qué ocurrió? Que, necesariamente, se les fue poniendo mala leche. Perdón por la expresión, pero no hay otra más adecuada. No la leche de tomar, sino la de decir.. Esa "leche" que en este caso significa mal humor, enfado, ira contenida, enojo, irritabilidad, encono... Y todo esto va directamente al hígado. Los berrinches, esto lo sabemos todos, perjudican seriamente a la salud. Como el tabaco..
Y toda esta impotencia, esta ira acumulada día a día, generación tras generación se fue convirtiendo en un malvado virus. Y los virus, que a sus cortos, también piensan, se dirían:¿Quien tiene la culpa de todo lo que está pasando? - Los humanos, se contestarían a si mismos. Y con un sentido de justicia que los virus también tendrán, se han dicho: Visto lo visto .A mutar. Y se van a enterar los humanos de lo que vale un peine) Seguramente los virus tendrán otras expresiones, otros modismos, distintos a los nuestros, pero lo que nos quieren decir es: No os creáis los amos del mundo. Un pollo, un triste e infeliz pollo, es un ser vivo de la creación. Con el cual compartiremos la tierra. De igual a igual. Mal que nos pese. Con las limitaciones que su misma especie le impone. Ni una más. Como tú y como yo.