jueves, 5 de julio de 2007

BETTY


Mi preciosa caniche negra. Mi queridísima Betty: Mi amiga de todos los días, de todas las horas. Por la que yo he entendido su nombre de " perritos falderos". Siempre encima de las faldas y encima de mí aunque lleve pantalones. A todas horas. Siempre que yo esté sentada ella está encima. Se arrebuja, busca su posición con un par de vueltas y a quedarse, eso sí, muy quieta
.
Si estoy leyendo, que lógicamente estoy sola, la cosa funciona así como digo, pero si estoy en una partida de cartas, ella está sentada sobre mí, pero su cabecilla negra apoyada encima de la mesa. Olismeando cada jugada
.
Por el tiempo que lleva haciendo esto, yo creo que ya sabe jugar a la canasta. Quizás no sepa contar los puntos, casi seguro que no, pero las jugadas las conoce todas.

Por lo que se remolinea,con más frecuencia, es en el póquer con un farol o un pase negro. Más o menos viene a decirme: ¿Pero qué haces si no llevas nada? Al farol no le ha cogido aún el truquillo. Tiempo al tiempo.

¿Que por qué quiero hoy darle hoy toda mi ternura a mi Betty? Os lo explico.

He presenciado esta mañana una de las escenas más tristes de mi vida.

Como todos los días salimos a andar. Las dos. No hacemos "footing", sencillamente salimos a caminar como toda la vida, (Es que parece que los americanos nos han enseñado hasta andar. Yo ando desde los once meses)

Y sigo. De pronto veo un perro corriendo detrás de un coche. Como loco. Desesperado

. Al llegar a un semáforo el coche se para y el perro, ya sin aliento, se para a su lado.

Empiezo a temerme lo peor. Efectivamente, el coche se pone en marcha y el perro al lado corriendo de nuevo. Y ya la "señora" de la ventanilla (de alguna forma hay que llamarla) gritando: ¡Fuera! ¡Quédate ahí! ¡Fuera!.

Yo he acelerado el paso para intervenir, pero he llegado tarde. A toda velocidad el coche se ha perdido en la carretera.

Y allí nos hemos quedado el perro y yo y no sé cual de los dos más tristes. Lo he acariciado. Pero sus ojos... esa mirada que me ha dirigido... no creo que la olvide en muchos días.

Los del coche O663 BD o cosa así, no he podido ver más, me han dado el día. No me da vergüenza decir que he llorado un poquito, y que en estos momentos que escribo, vuelvo a llorar.

Refugiémonos en el humor que lo palia todo y digamos que tengo el emocionador un poquillo flojo y que, como todas las personas mayores lloro con más facilidad que antes .Pero por tonterías. Por nimiedades. Aunque el abandonar a un perro, el presenciar su abandono no es ninguna nimiedad. Es tristeza. Es impotencia. Es rencor. Es desprecio por estas despiadadas gentes. Es un sentimiento muy fuerte.

Luego, cuando veamos a un perro en la carretera, atropellado por un coche, nunca pensemos que iba distraído. No. Un perro tiene un olfato, un instinto y él ha sentido, ha presentido al coche que lo iba a matar, mucho antes que esto sucediera. Pero en su desesperación, en su abandono, en su tristeza, ha decidido terminar

¡Esa mirada, señor, esos ojos !

Betty, hoy te quiero un poco más si es esto posible. Te estoy dando, te seguiré dando todo el cariño y todos los mimos de que soy capaz. Porque eres bonica y tierna. Y porque, de alguna manera, quiero suplir lo que les falta a esos pobres perros abandonados de ojos y mirada triste.
¡Ay "señora". Si pudiera decirle cuatro cosas. Con qué ganas me quedo…!

3 comentarios:

BETTINA dijo...

Veo que además de hartarte de tele también das paseos con mi tocaya y juegas a las cartas. Eso está muy bien. Yo jugaba a la canasta con mi abuela de pequeña pero ya se me ha olvidado hasta la cantidad de cartas que se reparten. Soy un desastre.
En cuanto a lo del abandono de animales, sinceramente no lo entiendo. Si no pudes tener un animal para qué diablos lo adoptaste? Hay gente para todo, a mi también se me hubiese escapado alguna lágrima.

Isa dijo...

¡El no lo hubiera hecho, es cierto!
Leía tu post mientras amadeus, mi yorkshire duerme encima a mi lado en el sofá...y no me avergüenza decir que imaginando tu escena se me puso un nudo en la garganta. ahora viene con su correa, es hora de salir y yo de las personas que creen que no sacamos a los perros a pasear, por lo menos en mi caso, es Amadeus quien me saca a mí.
Una pregunta: ¿dónde está ahora
el perro que abandonó la sra del coche?

Besos
luna
PD. Te he contestado el e.mail

Muxica dijo...

Te he leido. voy con prisa, mañana regreso.
Un fuerte abrazo