sábado, 11 de agosto de 2007




¡AY LOS PERROS...!


Si nunca has tenido un perro, ni chico ni grande, ni en tu casa, ni en el campo. Si nunca sentiste la tentación de hacerte con un cachorrillo de la raza que más te guste al que criar y cuidar, al que querer y mimar...
No sigas leyendo. Me verás como a una vieja maniática o ¡qué se yo!. No entrará en tu cabeza lo que sentimos por ellos.
A los que nos gustan los perros, cada palabra, cada sentimiento que yo exprese, lo entenderá de tal forma que dirá: Igualito, igualito pienso y siento yo.

Ya tuve, hace un tiempo, una aventura al ser testigo de un perro al que abandonó su dueña. Aventura dolorosa que me hizo querer al perro y despreciar fuertemente a su dueña, a la que no conozco.

Hoy, esta mañana temprano, en el parque, asistí a otra escena, con otra clase de tristeza bien diferente.

Me diréis que ya es casualidad que presencie de nuevo algo relacionado con ellos. Pero esto es así como consecuencia de que para mí, un perro no es una cosa a la que yo mire con indiferencia, como si fuese un poste de la luz o una papelera
. Para mí, un perro es un ser vivo lleno de sentimientos, como los tuyos y los míos. Que se alegra cuando lo acaricias, se pone triste en algunas ocasiones. Siente celos y sobre todas las cosas es fiel hasta un extremo difícil de entender. El amor que te tiene no puede ser más puro, más desinteresao.
La alegría que siente mi Betty cuando vuelvo a casa después de tres horas ausente, es como si me hubiese ido al Sahara durante tres años y no pensara volver a verme.

Que nadie desconocido se acerque a mí y que mi perrilla negra piense que me van a hacer daño, y ahí la tienes, dos kilos y medio de perrilla negra dispuesta a dar su vida por mí.

Lo que no entiende, porque es una pizca, es que el que me trae el pedido de Mercadona no es mi enemigo.

El, o la que se perdió esta mañana en el parque se llama Pipa. No la conocía y sigo sin conocerla.

Una señora mayor, con una cadena en la mano, angustiada, llorosa, nerviosa, muy alterada, que se viene hacia mí y ya preguntándome desde lejos: ¿Ha visto una perrita blanca, chiquitina?

¡Ay señora, como entiendo su angustia!. Desgraciadamente no la he visto. Pero tengo que verla, Tengo que encontrarla. Por Pipa y por la señora de la que desconozco su nombre.

He de encontrarla porque Pipa estará angustiada. Tendrá miedo. Buscará con empeño a su ama. Dará vueltas y más vueltas porque está necesitando ya que la acaricien, que la cuiden, que la quieran.
,
Y ahí nos tienes, a mí por un lado y la señora por otro gritando: Pipaaaa!!

Hoy no necesito mis cinco kilómetros de paseo. Renuncio. Hoy no necesito de mis auriculares para oír las noticias y las tertulias Hoy solamente necesito encontrar a Pipa, a la que no conozco. Pero cuando vea un perrillo blanco, angustiado, nervioso, alterado y perdido sabré que es Pipa. Estaré segura de ello porque llevará el mismo andar de desconcierto y porque sus ojos reflejarán los mismos sentimientos que vi. en la señora desconocida
.
Mi marcha de la mañana, mi placentera marcha de la mañana, se convirtió en un dar vueltas y vueltas llamando a Pipa. Se convirtió en varios vuelcos de corazón al ver una cosilla blanca moviéndose entre los arbustos. Correr allí y desconsoladamente ver una paloma blanca
.
Al final ni a la señora encontré. Nos perdimos, Me quedo con la duda si la encontró y alegre y feliz se fue a su casa a quererla un rato. A quererse las dos un día más.

Señora, ya es una ley que está en vigor. Póngale a su perrito un chip identificador que se le inserta en el cuello, con todos sus datos y esté completamente segura que si se lo encuentra alguien que tiene perro, se lo devolverá inmediatamente. Porque sabe de su dolor y su angustia.

Y en el caso que sea alguien que le hace daño a los animales, porque le son indiferentes o por puro placer, que también los hay, sepa que es que son de otra raza. Y no me refiero a los perros.
Que haya tenido suerte y solo haya sido un mal rato. Se lo deseo de todo corazón


2 comentarios:

Nerim dijo...

Cuanto se les quiere a los perros y cuanto se les echa de menos. Yo he tenido 3, un pastor alemán llamado Rebelde, un doberman llamado Eusko y una cocker llamada Neska y que gratos recuerdos tengo de los 3 animalitos.
Espero que Pipa esté con su dueña en casa.
Un fuerte abrazo
Nerim

benito_reyes_vega dijo...

Yo también vivo con una perra. Cualquiera, la verdad, porque no es de raza... ni nada. Pero es preciosa

Soraya es blanquita, bueno... casi beig. Con el hocico más lindo que en perra pueda darse, jajaja. Y no se admiten discusiones al respecto. Sobre todo si se entera ella. Pensará que soy un amo subjetivo... y la he tenido engañada todo este tiempo.

El cuerpo es casi cilíndrico -de dibujar fácil- y las patas gordas... pero pequeñas. No levanta dos palmos del suelo -aunque le falta poco- y de larga... tiene tres. Eso la desproporciona. Pero es cosa de los cánones, y en el futuro se llevarán así los perros. Multirraza -como debe ser-

Es ágil y vivaracha y se vuelve loca por una caria... por el contacto. Entornando esos ojos -dos- que tiene... que subyugan, jajaja, es como si te dijera... más... más.

Es intuitiva. En momentos parece que "leyera" algún pensamiento.

... es mi perra y sin nos faltamos, seguro que los dos lo notamos. Así es que se podría decir... que nos queremos. Cada cual a su manera... eso sí, que para eso seres vivos somos... ella perra, y yo humano, creo -por mí, digo-