jueves, 9 de agosto de 2007

CHARCO DE RANAS


Si miras en un diccionario la palabra charco, si después buscas la palabra rana y juntas estas dos definiciones... No te sale nada con sentido. Absolutamente nada .Pero con esa pizca que le añadas, ese "de" que los une, que lo hace frase ,te sale eso que, tanto tú como yo ,sabemos lo que significa y que a veces padecemos. Véase. Hoy mismo. Y aquí en este país llamado España.

Cuando tu vida, tu entorno, tu mundo se convierte en un charco de ranas, es cuando el desconcierto te supera. Cuando no sabes que hacer. Cuando no sabes si vas para atrás o hacia adelante, Si sufrirlo o ignorarlo. Si entras o estás saliendo...

La consecuencia de estas situaciones es siempre dar palos de ciego. Desconcierto total.

Tendré que ir aclarando
.
Tu casa se convierte en un charco de ranas, cuando la autoridad, que es la que hace respetar las normas establecidas para la convivencia, ha desaparecido. Se esfumó.

Y no hay más. El origen de todas estas situaciones de desconcierto, de este encharcamiento ranero, es siempre la falta de autoridad
. Empieza permitiendo el saltarse a la torera las normas. Viene de no respetar las leyes .Es el ignorar todo lo que se estableció para su total cumplimiento.

Esto es a nivel familiar y a todos los niveles. Escuela, trabajo ocio, ciudad, nación y mundo mundial, que se dice ahora. Y ni siquiera se salva el Universo. Con sus soles, sus lunas y sus estrellas. Al segundo y aún menos, cumpliendo las reglas. Anocheciendo y amaneciendo cada día .En punto.

Cuando las normas, las reglas, las leyes no se cumplen, viene el caos.

Cuando algunos quieren salirse de lo establecido... Cuando quieren que algo cambie en beneficio propio y como consecuencia, en perjuicio de los demás... Sin tener en cuenta a los otros. Ninguneando a los demás.....Siempre, siempre, esta situación crea el efecto de piedra tirada al agua .Ondas y ondas extendiéndose. Haciéndose grandes... Porque la pregunta siempre será la misma: ¿Por qué no yo también? Caos.

Un hogar, una escuela, una nación... Todo necesita de unas leyes, de unas reglas que cumplir. Las concesiones suelen ser conflictivas .La mayoría de las veces vienen trayendo problemas.

Permítele a un niño que berree en la calle una sola vez y tendrás, seguro, un energúmeno que te avergonzará ante los demás. Deja a un alumno que, sin causa justificada llegue veinte minutos tarde a clase y tendrás, a mediados de curso, una clase que se te fue de las manos por falta de asistencia.

¿Puede acaso el Presidente del Congreso decir: Hoy no voy, porque hace frío? ¿Acaso los reyes pueden quedarse en la cama y llegar tarde al desfile de las fuerzas armadas?
Las reglas del vivir nos atañen a todos. No son solamente para los de abajo, para los de a pié. A todos nos obligan.

En una sociedad civilizada, el salirse del redil nos afecta a todos los demás. Siempre. Nadie puede ser tan independiente que quiera hacer de su capa un sayo. Que quiera ir por libre. Regido únicamente por sus conveniencias. Pertenecemos a un mundo en el que todo está reglado. Es una exigencia de la civilización.

Lo demás es siempre conflicto. Es charco de ranas .Si así lo preferís le llamaremos caos, desconcierto, desgobierno, despiste, descontrol, des.... Hay muchas palabras para definir estas situaciones. Yo me quedo con charco de ranas. Me gusta más. (Más con minúscula, por supuesto. Quede claro.)
Leído por mí este comentario y antes de emitirlo me estoy preguntando:¿Pero yo de qué quería hablar hoy? ¡Ah, ya me acuerdo! De cómo está el patio catalán, o Navarra o…¡Yo que sé cómo meterle mano al asunto!.

Siempre que estoy enfadada me sale la vena seria y creedme, me divierto más cuando me pongo a decir tontunas y disparates. Mañana me vuelvo a ponerme el manto de la locajería. Palabra.

3 comentarios:

BETTINA dijo...

Pues fíjate tú por donde, que ahora mismo estoy metida en un charco de ranas. Me metí yo solita y no puedo ni echarle las culpas ni a navarra, ni a zapatero ni al mismísimo rey de España.!

mia dijo...

Y lo peor de todo, es que ese que se salta las normas, ese que a fuerza de seguir saltándoselas termina realmente faltando al respeto a los demás, no solo no tiene castigo (no hace falta que sea divino, con una simple amonestación sobraría la verdad), si no que encima, termina teniendo "Premio", y se le da, lo que no se le da a los demás, y el resto, cada vez tiene los ojos más pasmados, tanto que al final se corre ciertamente el riesgo de que se le salgan de las órbitas, y sigue esperando que se le diga... ¿Pero usted de que va??, pero solo confirma una y otra vez lo contrario, y claro, llega un momento en que se dice a si mismo y para sus adentros... "Pues yo también me subo a esa burra... ¡¡faltaría más!!"

Y yasta, que ya se ha liado, que no tenemos ya un charco de ranas, que ya es una charca, que según tengo entendido, huele mucho peor no es verdad???

benito_reyes_vega dijo...

Orden y concierto en el caos natural y creativo.

Nada hay que siempre dure. Ni normas... ni estados de ánimo... ni nada, de nada. Pero nos gusta imaginar que sí. Y jugamos, con el tiempo... y pensamos que aquello que "construimos" será duradero. Pero todo cambia, y en el cambio, vivimos.

La cosa es que el cambio no tiene, a veces, un efecto tan inmediato y parece... que solo el primer instante (como al caer la piedra en agua) estuviéramos. Que solo desorden hay. Pero no... si tuviésemos tiempo suficiente... seguramente veríamos que el orden... vuelve a "reinar" o "republicanear" -que me suena mejor-

(perdón por lo extenso)