miércoles, 29 de agosto de 2007

EL ÚLTIMO TREN

Porque lo he vivido varias veces y pienso seguir haciéndolo .Por eso puedo opinar de este "fenómeno social" (fenómeno en el sentido de novedoso. Tengamos la fiesta en paz) que son los viajes de la tercera edad.

Se ven cada día más. Esos autobuses llenos de jubilados, con la sonrisa y la ilusión en sus caras, con la risa fácil, a pesar del dolor de rodillas. (Este dolor no ha de ser necesariamente en las rodillas, se puede cambiar por cualquier otro dolor).

Se inicia un viaje de placer. A la playa. A un balneario. A visitar cualquier ciudad monumental de las que, precisamente, no estamos faltos en España. Viaje de descanso. Turismo puro y duro.

Para muchos es el primer viaje de su vida de estas características. (No se puede contar cuando fueron a Povedilla al entierro de su cuñado Casimiro).

Para otros será el único. El inolvidable. De cuyos recuerdos vivirán lo que les quede de vida. Y difícil será que lo olviden porque, en cualquier momento, en cualquier comentario ,siempre saldrá aquello de " Tiempo bueno el que nos hizo cuando estuvimos en el Valle de los caídos" Esto un día sí y otro no. Hay temporadas que cada tres días .Ilusión vivida y recordada. Esto es muy bueno

Al salir, expectantes, ansiosos, nerviosos... Las maletas. El qué me llevo. El qué me pongo. ¿Y si hace frío?.. No eches eso. Eso pesa mucho. Los que van en pareja, un nuevo motivo para discutir, distinto a la discusión de cada día. Rompiendo rutinas.

Es un sentirse otra vez joven porque inician una nueva aventura. Pequeña aventura, pero que se parece a un nuevo volver a empezar.

Los que van solos... Añoranza muchas veces... Libertad e independencia otras. Cambio Cambio. Cambio
.
Nuevas caras, nuevas amistades, nuevas conversaciones, nuevas comidas, nuevas camas. Rotura total con la monotonía. Con el aburrimiento que es el enemigo mayor de la gente mayor
.
Y la llegada. Y cuando los hombres bajan las maletas con ese gesto masculino, machote, de presunción delante de las señoras de "Yo aún puedo" Y ese gesto femenino de las mujeres de dejarse ayudar, con una sonrisa de complicidad de "Tú me ayudas, gracias". ¿A que es bonito?

Luego viene la entrada al hotel. A tu habitación. Y ahí empiezan a definirse los unos y los otros. Los que van a disfrutar del viaje y los que se van a volver más amargados de lo que salieron.
Porque hay de todo.

Ante una misma habitación ,por los comentarios que se hacen, puedes calibrar el resultado del viaje..

“Aquí no te puedes revolver” “la ducha no tiene cortina” “no hay bastantes perchas” “ nos han dado una habitación interior””que feas son las colchas”

Si oyes cualquiera de estos comentarios... Huye como alma que lleva el diablo. Porque esa misma noche oirás al mismo o la misma gafe::” El pescado es congelado” “ La sopa está fría” “tardan mucho en servir”.

Es esa clase de gente que, el único deporte que hace al viajar, es quejarse de todo.

Huye. Que te amarga el viaje. Que te lo digo yo. Porque segurísimo, que por la noche, le molesta la música. El o la, no baila. Por supuesto. Y cuando alguien ha destapado el frasco de las alegrías su comentario será siempre:”Ese está borracho”.

Son los que vuelven contando todo lo malo que les ha pasado. Magnificándolo por supuesto y su próximo berrinche será cuando no le concedan el viaje que volvió a pedir.

Nacieron con síndrome de berrinche e incrustación de morro permanente
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Afortunadamente, la mayoría van con el ánimo de pasárselo bien y lo consiguen

¿Cuánto tiempo hacia que no bailaban? Ese baile rígido, enfajado, tieso, con la mano de ella apoyada en el hombro y la de él en la cintura. Con la energía justa y suficiente para mover los pies. Con el oído puesto en la música para no perderse... Con el pensamiento puesto en otros bailes....En otros tiempos perdidos..
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Me molesta la gente que se ríe de estas situaciones. Suele ser gente que tuvo muchas oportunidades en su juventud y ahora pasa de esto
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Pero...¿habéis pensado que muchos trabajaron .día a día ,sin darse un respiro, ahorrando hasta la última peseta para situar a sus hijos? ¿No tienen entonces derecho a coger este último tren?

4 comentarios:

maria gemma dijo...

Derecho todo el del mundo, pero no es el ultimo tren, siempre el penultimo.
Un saludo

maria gemma dijo...

Isabel, en Un Rincón para leer, recogo cuentos con moraleja, de libros y de Internet, cuando tienen dueño, les pongo el nombre, pero la gran mayoria estan escritos por anonimos, a mi entender muy sabios.

Muchos besos.

mia dijo...

Solo los que realmente se ilusionan con poner un píe en él, a los otros, a los que amargan, a los que despotrican, a los que encima dejaron sin plaza a quienes se morían por coger ese tren, no les asiste ningún derecho... ninguno, óyelo bien...

Inma dijo...

eso ya pasaba cuando yo era niña y me dejaba mi madre a comer en el cole porque comía mal en casa; las que comían gratis eran las que mas pegas ponían a lo que les daban, y era en los tiempos de franco
Un besiño amiga.