viernes, 10 de agosto de 2007

¡LEÑA AL MONO!
¿Qué pasó con un proyecto de ley de hace unos meses? ¿Cuajó el asunto o se disolvió en la cesta de las necedades? Y mira que yo estaba interesada en el tema, pero algo importante debió ocurrir aquellos días que me hizo olvidar el tema.

Porque esto se ha dicho siempre. No estoy muy segura con qué intención. No digo que yo no lo haya dicho en alguna ocasión. Pero no formaba parte de mi manera de hablar.
Leña al mono creo que es: Pégale fuerte. Sigue dándole. No pares, Critícale con más encono. Para no saber lo que significa estoy dando muchas aclaraciones. Suponiendo que signifique esto que digo.
Yo me voy a aprovechar a decirlo por última vez, antes de que el nuevo proyecto pase por las Cortes y ya sea la Ley del Simio. La ley del respeto y la consideración. La de los derechos simiales o monales. ¿Cómo habrá que decir?
A mí este proyecto, esta manera de legislar y dar normas, me parece de una profundidad, de una eficacia y de un saber hacer sin límites. Da gusto saber que estamos dirigidos de una forma inteligente. Que, antes de que ocurran los problemas, el gobierno sale al quite y nos indica la manera de comportarnos.
Nadie puede ya dudar de cómo tenemos que tratar a los monos.. Verdaderamente estábamos necesitando una reglas de conducta, para que nuestro trato diario con los simios, fuera lo que tiene que ser.. Un de tú a tú. De igual a igual. Quizás, según edades, de Usted a Usted.
A mi gusto, el proyecto, al que no le encuentro ninguna pega, solamente le falta ampliación. Le falta el incluir a otros seres vivos que también forman parte de nuestro vivir de cada día. Y ya todos estáis pensando a quien me estoy refiriendo. Al oso hormiguero.
Al oso hormiguero hay que tratarlo con la consideración que se merece. Al oso hormiguero no se le puede despreciar así como así.. El hecho de que no sea precisamente un bellezón, no nos da derecho a mofarnos de su aspecto..
Hay que enseñar a los niños de forma tal., que cuando vean al oso en un supermercado o en un paso de peatones, tienen que guardar la debida compostura Que no deben mirar con descaro a su trompa ni hacer gestos de burla o escarnio.
El escarnio es siempre malísimo. Yo el escarnio lo uso lo menos posible porque la gente se enfada mucho cuando la escarnias. Al oso hormiguero igual que al simio nunca los escarnies..
Porque todos nosotros, sin excepción, tenemos nuestros defectos. Por supuesto que no tenemos la nariz tan larga como el hormiguero, ni tanto vello como los simios... Pero tenemos otras cosas. Esta variedad es la que nos hace a todos, miembros del reino animal. Todos iguales. Con los mismos derechos. Que para eso estamos en democracia.
He intentado encontrar alguno más que merezca respeto. Así, al pronto no he encontrado ninguno. Pero para eso, (y para algunas cosas más, supongo) tenemos al gobierno.
Los ministros están para que nos informen si, después de estudiar los temas en profundidad, encuentran alguien más que merezca trato especial. Por estos estudios y por muchas más cosas es por lo que cobran sus sueldos.
Yo humildemente apunto: ¿Y a los peces?- Pero claro. Esta pregunta está formulada desde mi ignorancia. Igual los peces no entran en el lote de la consideración y el respeto.
Pero te pones a mirar a un pulpo y te entran dudas.
Lo cierto es que, en el momento en el que te encuentras un pulpo, ya el respeto sobra. Quizás tendríamos que usar de la conmiseración. La pena de verlo troceado.. Muerto y mutilado. Pero siempre se nos olvida que fue un ser vivo.
Yo, ¡qué queréis que os diga! Ante una ración de pulpo a la gallega se me olvidan todos los derechos humanos, aunque esté muy feo, incluso el decirlo
.

1 comentario:

Nerim dijo...

Y ante un buen plato de jamón, a mi se me olvidan hasta los andares del cerdo.
Un abrazo
Nerim