domingo, 31 de agosto de 2008

...Acabo de cumplir 79---

El primer problema que se les plantea (a ellos, no a nosotros) es como llamarnos para que no nos sintamos ofendidos.

Se entretienen en ir buscando unos nombres con los que estemos contentos e integrados.

Y hablan de tercera edad, de nuestros ancianos, de jubilados, de los mayores, todo para evitar la palabra “viejos”...

Y nosotros somos los únicos que sabemos que, nos llamen como nos llamen. somos viejos. Sin más

. Porque hace muchos años que nacimos. No hay otra cosa .Es más. No somos ni siquiera responsables de este hecho. Ni medianamente responsables.

Tuvimos prisa en nacer, no tuvimos la paciencia de esperarnos a estos nuevos tiempos y aquí nos tienes, después de haber vivido la juventud en el siglo pasado.

Somos viejos porque cada día las rodillas nos dicen que sí, que somos. Y el lumbago, y la artrosis y las manchas en las manos y la gallardía en los andares completamente perdida, y las páginas amarillas cada día con letra más pequeña y más confusa y los espejos excesivamente iluminados que dejan ver una mirada sin brillo... las arrugas... ¿Y donde está la cintura? ¿Y qué hace aquí esta barriga? Lastimoso ¿no?

.Esto es así, ¡Que duda cabe! Pero no es toda la verdad.


Porque a cada cosa bonita que nos quitaron, nos dieron otras más valiosas

Nos quitaron pasión y nos dieron serenidad, el poder ver el mundo y lo que nos rodea, con esta serenidad, es lo que nos hace más comedidos en nuestros juicios.
Y porque hemos vivido mucho, sabemos que las modas cambian y cambian las costumbres, pero que las personas actuamos siempre del mismo modo.

Que los motores que mueven al mundo nacen de nuestros sentimientos. Y estos no han cambiado Ya los conocemos.
- Sabemos de la ilusión y del desengaño. De la ambición y el fracaso. De la confianza y la traición. De lo cortos que son los momentos felices y de lo largas que se hacen las penas. Y lo sabemos porque todo esto ya lo hemos vivido muchas veces. Por lo tanto os llevamos ventaja. De alguna forma hay que conformarse con los tiempos que a cada uno le tocó vivir.
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- Y, aprovecho este día especial de fin de año, para desear a todos, niños, jóvenes y viejos buenos tiempos venideros, sin límite de tiempo ni de cosas buenas.

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