lunes, 11 de agosto de 2008

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IMPOSIBLE CALLAR MÁS TIEMPO

Cuando, por puro entretenimiento, empecé a escribir y publicar estos artículos en mi blog. me comprometí voluntariamente, a evitar tres temas que, en principio, me parecieron conflictivos

.Titulé el artículo de mi compromiso "El autoveto" y los asuntos que suprimí de mis colaboraciones serían y han sido, Política - Religión y Sexo. (El último por pura ironía, como ya habréis comprendido)
Son por cierto los tres temas de los que las personas educadas deben evitar hablar si no es con personas de mucha confianza
.
El asunto que hoy me ocupa se sale completamente de mi línea de colaboraciones.

Mi línea, si es que se puede llamar así, han sido, tontunas sin fuste, sin pies ni cabeza y que tienen el único fin de pasar un rato fuera de los problemas, a veces angustiosos, que vivimos en estos tiempos.

Ya no sabemos como llamarle. Violencia de género, de sexo, doméstica. Tanto nombre inventado para definir una cosa "Barbarie"

No todas las epidemias son a causa de un virus. Esta es una a la que no le podemos buscar las causas en un microscopio, ni con un análisis de sangre, ni con una radiografía
.
Buscar las causas del por qué ocurre esto sería interesante.

Vendría a ser un gran paso en el proceso de eliminación, pero me temo que ni siquiera hemos encontrado el denominador común de estos bárbaros.

Miseria, incultura, marginación, alcoholismo, paro, celos, sadismo, prepotencia, locura, abandono y un largo etcétera

.¿Es cada una de estas cosas o es un poco de cada una? Están incluidas todas las conductas, todos los niveles sociales, económicos y culturales .Nadie escapa a estas tragedias.

Cuando hace un par de días oía por la radio que en Suecia triplican esta clase de violencia que padecemos en España, supe que los motivos son más de los que yo he enumerado
.
Y en África. Y en Asia y...en el mundo entero.

Mi opinión, una más de las miles que se barajan, es que una de las causas, y no la única, claro, es el cambio que ha experimentado el papel que la mujer desempeña en la sociedad. Cambio cuantitativo y cualitativo.

Enorme cambio. Esto no podemos negarlo. Es como si se hubiesen movido, de una manera brutal, los palos, los mimbres que sostenían a la sociedad.

Los papeles, los roles adjudicados durante siglos y siglos a cada sexo, se vieron trastocados

.Para muchos se perdieron los rumbos. Y no solamente para los hombres, incluso para muchas mujeres se encontraron perdidas con este cambio.

En pocos años, digamos alrededor de cincuenta años, en no más de una generación la mujer ha pasado de ser comparsa a ser dueña de su propia vida. De ser mandada a mandar.

Este desfase llevará un tiempo asumirlo.

Pero ¿Y mientras tanto? ¿Qué hacemos ahora?. ¿Cómo combatimos esta plaga?
.
Medidas judiciales, políticas, sociales, policiales, de asesoramiento, de acogida...No bastan. Se está viendo que no son suficientes.

Al que va a matar no le importa la ley que le prohíbe acercarse a su víctima. Al que va a matar no le interesa que la ley subió la condena.
.
La única que puede poner freno y no todo el necesario es la mujer. La futura víctima. No se empieza matando.

Lo mismo que el ladrón no empieza robando el Banco de España...Hay antes el coger algo en el colegio, en una tienda .Un tirón de bolso en la calle. Es un ir en aumento en el proceso de un algo que lleva dentro. El robar.

El asesino de mujeres ha sido antes un maltratador y antes un déspota y antes un grosero y antes un hombre sin atenciones, sin delicadeza en el trato con su mujer. Es fácil, relativamente fácil prever donde hay un sádico, un violento,. un asesino en ciernes.

Cuando vemos a esas pobres mujeres indefensas que no se atrevieron a denunciar a sus maridos por miedo, por terror, ya es tarde para aconsejarles que fue en los momentos en que fueron felices, en los que hubo amor entre la pareja cuando tuvieron que estar atentas a esos primeros indicios pasados por alto, los que, con el tiempo se hicieron tan violentos y ya tan sin remedio.

Me imagino que tras esas cifras espeluznantes de asesinatos y denuncias subyacen unas cifras que nos impactarían todavía más
.
Mi compasión y mi simpatía para esas pobres mujeres víctimas sin culpa alguna.

3 comentarios:

Nerim dijo...

Cuanta razón llevas Ysabel. Si todas esas mujeres hubieran estado pendientes de esos primeros cambios de comportamiento que no quisieron analizar a tiempo para poder evitar males mayores, estarían hoy vivas.
Una vez, una mujer a la que su marido maltrataba me dijo "es que me da miedo quedarme sola, y yo sé que él me quiere". No sé donde estará hoy en dia esa mujer pues le perdí la pista, pero no me extrañaría nada que estuviera bajo tierra, si le hubieras visto como
escondía los moratones y golpes con manga larga en pleno verano, pues el muy cabrito de su marido, sabía donde pegarle para que ella por verguenza escondiera la huella del delito.
Esto, de la única manera que se soluciona, es que las mujeres pongan el ¡alto ahi! al primer indicio de violencia y sobre todo, que no tengan miedo de seguir adelante y a solas con su vida y la de sus hijos.

Un abrazo

RAIKO dijo...

Querida Ysabel, hace tiempo que me paseo por tu blog y hoy, por fin, me decido a dejar un comentario, porque este tema que tratas, me afecta muy de cerca. Es cierto, todo este cambio de roles ha afectado a la sociedad hasta el punto de crear a un hombre más inseguro, si cabe, ya que nosotros somos inseguros por naturaleza. La necesidad de autoafirmarse es lo que le lleva a emplear la única arma que tiene contra la mujer, lo único en lo que os superamos, la fuerza bruta...
También te digo que no sólo las mujeres sufren maltrato en pareja, te hablo por un caso que me toca muy de cerca, no a mí directamente, pero sí a alguien a quien amo profundamente. Y, tras analizarlo, en el fondo del tema subyace todo un conglomerado de inseguridades, posesiones enfermizas y obsesiones compulsivas, amén de una capacidad de hacer que la otra parte se sienta solidaria y hasta culpable por su comportamiento bestial.
En fin, es un problema complejo, difícil de atajar, pero una prioridad en los tiempos que corren. Enhorabuena por este maravilloso blog, te sigo leyendo. Un abrazo.

benito_reyes_vega dijo...

Estimada Ysabel... Complejo tema y triste, por vil.

No sé, de verdad, si el cambio social que está implicando el proceso hacia la igualdad, sea el motivo fundamental para esta lacra.

Me temo que siempre ha existido violencia por razón de género y que además hoy existe, tanto en las sociedades que 'caminan' por la igualdad civil, como en aquellas que viven aún fijadas en el pasado.

Hay una carga 'cultural' muy fuerte en las sociedades, que las religiones por cierto han acrecentado, y que da lugar a la presunción de 'inferiores' o necesitadas de tutela...

Otro cosa que hay es el 'poder' y la desubicación emocional en las relaciones de pareja. Aquí, entiendo yo, se da una modalidad de violencia, la psicológica, no siempre asociada a los varones como agentes causantes o más activos...

Complejo y desgraciado asunto... repito.

Un saludo Ysabel... Y gracias por tus escritos