lunes, 18 de enero de 2010

EL ENOJO GORDO.

Porque los hay de todos los tamaños y modelos y con diferentes nombres, relacionados con sus circunstancias. Los hay que duran mucho, a veces años, y los hay que se van rápidamente. ¡Zás! y fuera enfado.
Vamos a dar nombres. Este "vamos" en plural, siempre se ha dicho que es mayestático. Yo lo uso porque me gusta y porque así no me encuentro sola al dar una opinión.
Parece ser que somos varios los que pensamos lo mismo, en estas circunstancias que estamos viviendo. Yo casi aseguro que somos "muchísimos varios". Miles de varios. Millones de varios.
Aquí los nombres: La ira, el furor, el berrinche, el disgusto, el encono, la indignación, la irritación, el fastidio.
La cólera y el sulfurarse. El atufarse y sublevarse. El reconcomio y el mosqueo...
¡Y si quisiera seguir!... Si tú quieres hacerlo, puedes añadir otros tantos y más, porque a lo largo de la vida, todos hemos pasado por estos numerosos estados de ánimo.
Me puse, sin que nadie me lo pidiera, la tarea de escribir artículos de opinión (de alguna manera hay que llamarlos) Y mire Vd. por donde, se convirtió en un hábito que llena mis horas de jubilación y que son, tanto tú como yo lo sabemos, largas y tediosas a falta de deberes y responsabilidades. Por eso hay que llenarlas con algo que te guste hacer.
Y, sentada ante un folio blanco, que ahora se llama WordPad, empiezas a teclear tontunas, cosas serias, pensamientos profundos que también, a veces, los tengo, y, cuando el tamaño de texto te va indicando que se agota, le das una larga cambiada, te despides y cortas. Hasta otra.
Y ahora estoy ante otro nuevo folio. Y es como si me pidiera ideas y comentarios. Y no se me ocurre escribir nada. No le veo, a nada de lo que nos rodea, ni la gracia ni la ironía con qué aderezarlo. Es todo deprimente, obsesivo, feo y patético. Estamos viviendo unos días amargos, enojosos, conflictivos y preocupantes. ¿O es que perdí el humor? ¿Donde lo he puesto? ¿Por qué este estado de ánimo tan poco halagüeño?
El caso es que lo sé .Estoy segura de la causa. Pero nunca pensé que pudiera afectarme tanto.
Sigo, con verdadera pasión, la actualidad social, política e incluso la económica. Estoy atenta a las novedades de toda índole, incluso las tecnológicas, ante las cuales me perdí hace mucho tiempo sin llegar a entender ese mundo. Veo la moda aunque no la sigo, y, asombrada, el cambio de costumbres y maneras de pensar. En una palabra: La curiosidad forma parte, afortunadamente, de mi manera de vivir
Dicen que uno es viejo cuando no sientes curiosidad por nada... Entonces yo, con mis doce años de edad mental aún estoy viva. Lo que dice mi D.N.I. debe ser un error de imprenta.
Y estábamos en que perdí ilusión por lo que nos rodea. Que no me gusta lo que estoy viendo. Que me emberrenchina el que sea noticia de telediario, abriendo página, el cambio de cara de Belén Esteban (solamente de cara) que entre otras cosas ya me enfurruña que sea noticia..
Que es bien triste que veamos, a todas horas, como protagonista absoluto de la vida española, a un señor con el mérito único de ser viudo, desde hace ya varios años, de una mujer que cantaba muy bien y el torea cuando puede y quiere. Pero, ahí lo tienes, cuando se constipa, cuando viaja, cuando estornuda, cuando compra y cuando sale.. Y que conste que nada tengo contra el Sr. Ortega Cano.
Yo, viudos, lo que se dice viudos, o sea, que se les murió la mujer, de mi edad, conozco por lo menos a siete o más.
Me irrita y desazona que, personajes que deberían estar ocultos por zafios e inmorales, estén viviendo a costa de sus vicios.
Que aún se siga, luchando, a trancas y barrancas, por los derechos de la mujer, olvidando que todos somos personas. Que no es bueno que estemos todos los días en la calle con pancartas y banderas reivindicando cualquier cosa. Me da lo mismo, Miles de horas de trabajo perdidas.
Que me encolerizan los debates políticos que no pasan de ser un concurso de insultos y sin llegar a convenios. Que se haya perdido el respeto a todo. Y las consecuencias que esto trae consigo. Que la desigualdad económica entre los pueblos sea cada día mayor, Que se siga pensando en fabricar nuevas armas, cada vez más sofisticadas. Mas de matar mejor y más deprisa. Que se nos mienta de una manera tan descarada. Y mucho me duele que, nuestra única defensa sea poner, de vez en cuando, un sobrecito en las urnas. Y que, visto lo visto, no nos sirve de nada. ¿Os dais cuenta ahora por qué estoy apesadumbrada
. No hay forma de estar contenta

1 comentario:

antonio dijo...

Mas razón que un santo.
Completamnete de acuerdo en tu comentario.
Saludos.