jueves, 29 de abril de 2010

TIEMPO DE ENTRETENIMIENTO


En él estoy. Son esos años que te llevan, sin quererlo, a esa edad en la que ninguna responsabilidad te agobia. Ningún deber llama a tu puerta.
Tiempo de jubilados. De eméritos. Y la palabra jubilado parece ser que viene de júbilo, de alegría. (Igual tiene otras raíces, pero a mí me da lo mismo). La alegría de haber cumplido tantos años sin el tropiezo de haberte muerto antes .El e -"mérito" de no haber permitido que el corazón se te pare. Con lo que esto complica la vida.
Todo el tiempo es tuyo. Veinticuatro horas de cada día. Ninguna más, claro está. Veinticuatro horas en las que puedes hacer lo que quieras. Lo que te apetezca. Sin olvidar, por supuesto, tus achaques, tus rodillas ni tu colesterol.
No seas torpe y elige para estos años lo que más te guste hacer. O busca nuevos “ haceres”.
Madruga o duerme hasta hartarte. Pasea o quédate en casa. Cocina, lee, oye música... Entérate de las cuitas de la Belén Esteban (que dicen de ella que es un animal mediático) Yo lo de mediático no lo veo muy claro. Lo demás sí. O entérate de cómo desapareció la civilización Maya. O como desova el salmón...
Porque el caso es que te entretengas con lo que más te guste y no te sientas aburrido, con cara de pocos amigos y viéndola venir. Sin mentarla.
Yo encontré en mi jubilación un entretenimiento: Escribir. Vocación tardía. Pero a mí, lo que verdaderamente me divierte es escribir tonterías. Disparates. Me entretiene el desfigurar la realidad de los hechos, hasta tal punto, que lo convierta en una caricatura risible.
Lo he dicho muchas veces y a las pruebas me remito. He escrito a veces cada disparate que, pasado un tiempo pienso: ¿Cómo tuve valor a escribir tanta necedad junta?... Pero... ¿Y lo que yo me divertí con esto? Eso es lo que cuenta.
Hoy el entretenimiento se me está quedando estrecho. Me tira de las sisas. Me cuesta cada día más verle la parte jocosa a la actualidad. Y es que..."como de la abundancia del corazón habla la lengua:::" El corazón lleva, hoy en día, una carga excesiva de drama.
Hechos dolorosos que están formando parte de nuestro vivir. Y que, cuando habíamos aprendido a decir pateras, tenemos que añadir a nuestro dramático diccionario la palabra "cayuco". Y cada cifra golpeándote en el alma. Y el pensar en ese Haití que se fue, sin tú quererlo, dejando esa otro que, seguirá llamándose Haití, pero que ya no lo es. Y las caras, pegadas en las calles de las jovencitas que desparecen. Y el huracán que asola a un pueblo. Y el número ascendente en demasía, de eso que se llama ahora " violencia de género". Y el Líbano. Y la capa de ozono .Que va a ser que era verdad. Véanse los largos y tórridos veranos. Y la franja de Gaza. E Irán poniéndose tontorrón. Y algunos presidentes, lo mismo de tontorrón que siempre. Y lo poco que me gusta como están gobernando en España, los unos y los otros. Y que cuando pagas por un lápiz sesenta céntimos, te pones contenta y al llegar a casa y ya en frío, te das cuenta que te costó cien pesetas. Y te enfadas porque es caro. Y el que no te deje fumar a gusto. Y el que hayamos elegido, entre todos, que los programas televisivos sean más vulgares, mas procaces y más necios Y los precios competitivos de la China. Y que los tomates, además de caros, ya no saben como los de antes...Y el que te quiten dos puntos por dos cervezas frías…
¡Madre de Dios! Qué diarrea de conflictos. De pesares. De dramas chiquitillos y gordos--- ¿Donde hay un algo para descansar? ¿Dónde poner plácidamente tus pensamientos y sentimientos?
Hay que buscarlo. Preciso. Formando parte de una terapia que nos permita a los jubilados...por lo menos a los jubilados, vivir nuestros últimos años en paz y sin disgusto.
Si me gusta el humor, y sí me gusta, debe ser para paliar el dolor que te rodea. Como una defensa ante tantas cosas feas.
Lo bonito de la vida… Que está ahí, seguro...Eso hay que encontrarlo.
Vamos a intentar seguir riéndonos. Y si no lo consigo, siempre me queda el recurso de reírme de mí misma. Que tajo hay. Y evitar daros la vara con tantos problemas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Isabel, no se canse usted nunca de escribir disparates, que no nos cansaremos nunca de leerla. Un beso y gracias por estos momentos.
Estefanía